El brandy y el coñac son dos bebidas destiladas, pero además de esa obvia coincidencia existe una gran "polémica" entre su similitud y sus diferencias.
El brandy es una bebida destilada elaborada a base del vino. Por su parte el coñac es un tipo de brandy que también es destilado y que también está elaborado a base del vino, pero de vino de cepas blancas. Aquí encontramos su principal y mayor diferencia.
Aunque el origen del brandy parece más antiguo, no se ha sabido bien decir cuál fue su cuna. En cambio, el cognac es de claro origen francés, ya que proviene de la zona por la que tomó su nombre. Este cuenta, además, con Denominación de Origen por lo que el cognac, a pesar de usar el mismo sistema de producción, no puede ser creado fuera de su lugar de origen.
Entre las grandes diferencias de elaboración entre el brandy y el coñac, encontramos el envejecimiento del brandy, el cual suele ser realizado en soleras y criaderas.
Además de las distintas cepas que se utilizan para la elaboración de ambas bebidas, existe la diferencia que el coñac se elabora únicamente con cepas blancas, por su parte en el brandy se pueden utilizar ambas cepas (tintas y blancas).
Quizá la diferencia más grande entre el coñac y el brandy, sea su sabor, aunque no hay que ser un experto para darse cuenta, existen varias pequeñas diferencias en sus aromas, sabores y, claro está, colores. En lo que sí estamos de acuerdo todos, es que tanto el brandy como el coñac son dos estupendas bebidas llenas de historia y tradición, que podemos disfrutar en cuarentagrados.