Los ciudadanos que, en su tiempo, más adoraron el vino fueron griegos y romanos.

Las fiestas dionisiacas eran una auténtica bacanal, dónde el vino favorecía la amistad.
El culto a Dionisos se extiende y pronto las divinidades de otros pueblos se funden en Baco.
Las bacanales romanas pronto fueron más asiduas y la representación de Baco, bebiendo y rodeado de uvas se convirtió en un clásico.
La deidad de Baco se extendió por todo el imperio, pero aproximadamente en el año 400, con la adopción de la religión cristiana, monoteísta, se acabaron las bacanales y demás ritos vinculados a Baco.
Ah! Por cierto, el vino preferido para las fiestas era el que proporcionaba la península ibérica...en cuarentagrados también tenemos caldos españoles para seguir rindiendo culto a Dionisos, Baco, Flufuno,...
No hay comentarios:
Publicar un comentario