jueves, 16 de octubre de 2014

Y tras la vendimia...

La pasada semana os contamos el proceso de vendimia. Pero una vez realizada la recolección del fruto, en bodega se realizan otros procesos, con mucho esmero, para que el vino adquiera la mejor calidad.
Una vez que el fruto llega a la bodega, se selecciona el fruto mediante el despalillado, paso previo al proceso de estrujado. La uva es depositada en una tolva de recepción y una vez allí se traslada a la estrujadora.

En este momento se rompe el hollejo y se libera el zumo. De este proceso surje una pasta viscosa que no deberá contactar con el aire (para que no se produzca una prematura fermentación), iniciándose el proceso de elaboración del vino propiamente dicho. 

En primer lugar la fermentación, en cuál y por acción de las levaduras, los azúcares se convierten en alcohol al tiempo que se desprende anhídrido carbónico, que provocará que los hollejos se eleven para formar el sombrero. 
En el proceso de remontado, la capa superior o sombrero se remoja con el mosto para que el vino adquiera color.


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